lunes, 18 de octubre de 2010

A ti

Gracias por traernos un melón cada vez que venias a casa por las tardes.
Gracias por llevarme todos los dias a rehabilitación de espalda sin protestar.
Gracias por recogerme del colegio todos los martes, comprarme un heladito y llevarme a casa.
Gracias por todas esas coca-colas y tapitas en el Ternero a medio día.
Gracias por tu copita de Barbadillo en el bar de los montes, un clásico.
Gracias por tu humor sarcástico.
Gracias por la historia del Capitán Maravilla. Si yo te contara...
Gracias por las tostadas con mantequilla y azúcar de los domingos por la mañana, deliciosas.
Gracias por intentar que me gustaran los toros, aunque no lo lograste.
Gracias por tu coche azul, aunque tu nunca has tenido carné.
Gracias por parecerte al Sr Burns.
Gracias por los domigos andando sin parar por los montes.
Gracias por preocuparte por ir a cazar pájaros con la trampa del tito Antonio, aunque tu eso de pajaros...
Gracias por tu odio hacia el pollo, aunque luego bien que te comias las paellas y croquetas sin saberlo. Shhh es un secreto.
Gracias por intentar enseñarme los diablillos del Seminario, aunque nunca los llegué a ver.
Gracias por inentar que comiera rabillos de cucaracha y ancas de rana, aunque nunca vi nada de eso en la despensa.

Gracias por todas esas historias que hacían que ir a tu casa fuera una aventura para cada uno de mis hermanos.

Gracias a ti, abuelo.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Tirar para alante

Desde ayer tengo una sensación extraña, como el corazón en un puño. Y eso no debería ser así. Sé que debo mirar para alante, que encontraré algo mejor que tú y también sé que debo olvidar todos los momentos buenos que me han pasado estando contigo. Momentos que han sido guardados en mi corazón.
 Nadie y nada podrá suplir el vacío que me has dejado, y me costará mucho volver encontrar las mismas comodidades que contigo. Me hiciste pasar un momento malo una vez que recuerdo, pero en el fondo supe que fue culpa mía y que tu solo querías estar conmigo. Tengo un sentimiento de culpa porque sé que te he vuelto a perder y no creo que me lo perdone, significando una falta de madurez por mi parte.

Te he estado buscando toda la noche por si te veía por ahí, pero no ha habido manera de encontrarte. Quien sabe, quizá a estas horas mi lugar lo esté ocupando otro en tu memoria. Solo quiero decir, si es que pudieras leer esto, que me perdones, que no habrá otro igual que tú y que aún mantengo la esperanza de volverte a recuperar. Mi sensación extraña se debe a lo mucho que te echo de menos y eso que tampoco es que tuvieras muchos sentimientos, pero yo te quería tal como eras e incluso me llegaste a salvar la vida en una ocasión, cosa que te agradeceré siempre.
Espero que algún dia puedas perdonarme. Y que si estás con alguien, te trate como te lo mereces.
Vuelve conmigo pequeño movil.

Te echo de menos.

Fernando

jueves, 9 de septiembre de 2010

La cruel realidad

La cruel realidad de la vida es que, como muchos filósofos y sabios (ejemplo de ello Mike Graina) dicen, siempre se llevan el mejor trozo de la tarta los que mas han comido (... realmente no sé por que he puesto este ejemplo sucio y barato...pero algo se entiende).  Mas o menos eso pasa en esta, nuestra, cruda realidad.

Yo, sin embargo, me dedico a enseñarle a mi perra a hacerse la muerta  =)